cada cuatro años, cuando la lectora asesina tiene que enterarse de los argumentos del por qué la gente hace tal o cual con su voto, le entra una angustia, unas ganas de pegarse con cinta dinamita al cuerpo y explotar en su huída por los hielos cordilleranos.
el continuismo, pero por sobre todo "el cambio", pueden ser razones tan pueriles a veces.
cosas para matar el tiempo
viernes, junio 12, 2009
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