Pedro Lemebel cuenta en su última obra, "Serenata Cafiola", que estando una noche degustando un pisco sauer junto a un maricueca en el bar Don Rodrigo, de improviso ingresó Serrano escoltado por dos cabezas rapadas.
Apenas lo vio, el nazi le dirigió una mirada de odio racista y homofóbico, y comenzó a recitar una fórmula mágica tibetana. Al finalizar la oración y ya cargado con el Poder que emana de la exposición temeraria a la sombra de la svástica apuntó su mano derecha contra la ex Yegua del Apocalipsis, que fue fulminado por una descarga de energía que lo lanzó contra la pared. Lemebel asegura que tras recibir la paliza cósmica que emanaba desde el tercer ojo del ahijado de Adolfo Hitler, huyó aterrado del bar con el hocico sangrando y el trasero tan damnificado que no pudo sentarse, sobre nada, durante una semana.
la mejor crónica que esta servidora ha leído en chile. en años.
cosas para matar el tiempo
miércoles, marzo 04, 2009
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